jueves, 25 de septiembre de 2008

Tomás Hirsch y la crisis económica

“Es el precio que paga el mundo por un modelo neoliberal antihumano”

Santiago, 24 de septiembre.- Ante el aprieto financiero que vive Estados Unidos nadie queda exento. Es parte de vivir en un sistema globalizado, donde todos los países están amarrados a un mercado cíclico y oscilante. Es hora de “Fortalecer el proyecto de una integración Latinoamericana” y no depender de irresponsables, dice el vocero Humanista.

Hace trece meses que se vive una de las crisis más profundas en la economía mundial. Desde la Gran Depresión del ’29, donde Chile fue uno de los países más afectados por la dependencia de sus exportaciones, que no se resentía tanto la billetera global. Es la crisis “subprime”, que es, en simple lectura, el otorgamiento de créditos hipotecarios altamente riesgosos, que los expertos llaman “hipotecas basura”. Este ejercicio ha llevado a la quiebra a colosos como Lehman Brothers o Merrill Lynch. Como plan de rescate el gobierno estadounidense aplicará un salvataje de U$700.000 millones para ocuparse de las deudas de sus entidades bancarias. Hirsch es escéptico: “Es una situación absolutamente falsa, ficticia, en la cual el gobierno de EE.UU. les termina entregando dinero sabiendo que son empresas con ganancias astronómicas”.

Lo cierto es que hay más factores que hicieron inevitable el agotamiento del mercado. “La globalización se ha caracterizado por un crecimiento de la pobreza y una marcada tendencia a la concentración de la riqueza” escribe el economista Marcel Claude. Y agrega que en las últimas décadas del siglo pasado el número de pobres se ha incrementado en cien millones de personas, independiente de una economía mundial que ha “crecido”. Sumado a esto, la sobreexplotació n de los recursos naturales tiene atorado al ecosistema. La presión que se ejerce con la alta demanda de la economía hacia las pesquerías, bosques, minerales, entre otros, provoca un aumento en los costos de producción y la pérdida de proyectos de inversión que no pueden cubrir esos gastos. “(La crisis) es el precio que paga el mundo por un modelo neoliberal profundamente antihumano, uno que se basa en el altísimo e ilimitado consumo del petróleo, que transforma los campos de producción de alimentos hacia la producción de biocombustibles, un modelo que impone la fuerza militar para el control de distintas zonas del planeta. Evidentemente es un modelo que termina colapsando”, apunta Tomás Hirsch.

Según los siempre tranquilizadores discursos gubernamentales, Chile tiene una economía fuerte y no sufrirá grandes consecuencias, mas cabe recordar que los fondos de pensiones de los ciudadanos están invertidos en acciones en el mercado mundial, y ya se han perdido más de 18 mil millones de dólares. Y, además, la fortaleza económica que presentan las empresas internas con títulos en la bolsa (fortaleza representada en utilidades), se da por las alzas de tarifas que sufren los clientes. Que seguro con el tiempo aumentarán para estabilizar la economía. “En esta crisis lo que se ha provocado una suerte de capitalismo- comunista, es decir, las ganancias fueron siempre para el sector privado, y ahora que llegó el momento de salvar a los bancos se hace con la plata de todos los ciudadanos de los países ricos y pobres”, sentencia el vocero humanista.

Por último, es válido apuntar que el Buró Presupuestario del Congreso estadounidense, en una evaluación realizada el 2003, señaló que la deuda externa de su país alcanzará los 14 billones de dólares dentro de diez años, a partir de esa fecha. Y que en los próximos cincuenta años la cifra llegará a los 44 billones. Esta inestabilidad sin duda traerá consecuencias para los países que tienen tratados comerciales con ellos, como Chile. “Este es el momento para fortalecer el proyecto de una integración Latinoamericana, en la cual, entre otras cosas, se tenga una moneda propia. Hoy, depender del dólar para el intercambio entre nuestros países es tremendamente riesgoso. Es ponernos en las manos de los mismos irresponsables que han generado esta crisis. Es urgente avanzar en propuestas como la del Banco Sur y Petrosur”, concluye Hirsch.


Eduardo Muñoz
Periodista

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